Como mamás primerizas, cada día es una nueva aventura, y hoy les quiero compartir una anécdota divertida de nuestra primera vez en la playa con Morgana. La verdad es que, como amante del mar, estaba emocionada de llevar a Morgana, aunque también un poco nerviosa por no saber cómo reaccionaría.
Una visita Improvisada
Soy fanática de la playa, ya sea para relajarse con las olas o disfrutar de la brisa nocturna mientras paseo por la orilla. Pero, desde que Morgana nació, no habíamos ido al mar, ni siquiera una vez. Así que un día, muy improvisadamente, nos dirigimos al mar sin estar preparados: sin toallas, sin ropa de baño, ¡sin NADA! Fuimos a almorzar cerca de la playa y el plan era simplemente ver el mar a lo lejos y caminar un poco por la arena. No sabíamos si a Morgana le gustaría la idea de tocar la arena o el agua, ya que nunca lo había probado.
La Reacción de Morgana
Morgana tiene una personalidad muy definida: si algo no le gusta, lo deja claro al instante. Pero, para nuestra sorpresa, ¡le encantó la playa! Comenzó a enterrar sus pies en la arena sin ningún tipo de resistencia. La textura no la molestó en absoluto, ¡y hasta corrió hacia el mar sin miedo! Aunque el agua no estaba para nada tranquila, ella se metió sin dudarlo.
Nosotros, por supuesto, estábamos un poco sacados de contexto, sin saber qué hacer exactamente en esa nueva situación. Pero, como buenos padres alocados, decidimos vivir el momento y dejarla experimentar.
Un Día de Diversión en la Arena
José y Morgana se pusieron a construir un fuerte de arena, y Morgana se divirtió muchísimo. Entre risas, gritos de alegría y correteos, terminó empapada. Fue un momento de pura diversión, y nos dimos cuenta de lo importante que es dejar a nuestros hijos explorar y disfrutar de su entorno.
Como ya era tarde y el viento comenzaba a soplar, decidimos irnos. Sin embargo, quedamos tan fascinados por la experiencia que planeamos regresar al día siguiente. Eso sí, con los implementos adecuados, porque la cantidad de arena pegada a su cuerpo fue incontrolable. ¡Tuvimos que llevarla de regreso a casa sin pañal y tapada con nuestros polos para ir directo a la ducha!
Aunque Morgana estaba agotada después de tanta diversión, quedamos muy contentos con todo lo vivido. Ahora ya sabemos exactamente lo que necesitamos para la próxima visita a la playa, y no se nos puede olvidar llevar:
- Bloqueador solar (¡muy importante!).
- Toallas.
- Pañales de agua o ropa de baño.
- Sombrilla.
- Pareo para poner en la arena.
- Una piscina inflable.
- Muchos juguetes para jugar en la arena.
Ahora me encantaría saber, ¿ya han llevado a sus pequeños a la playa? ¿Cómo fue su experiencia? Si aún no han ido, ¿qué expectativas tienen? ¿Alguna recomendación para mamis aventureras como yo? ¡Las leo en los comentarios!